jueves, 30 de enero de 2014

TOP 10. CONCIERTOS DE LA HISTORIA DEL ROCK

HOY se cumplen 45 años del mítico concierto de la azotea de los Beatles, que marcó el final de una época de forma magistral. Su relevancia en la historia de la música me ha llevado a pensar en otros conciertos de igual importancia, los MEJORES CONCIERTOS DE LA HISTORIA DEL ROCK, y he hecho una lista. 


Aquí va mi TOP 10:


10. Simon and Garfunkel's Concert in Central Park, 1981

La conocida relación amor-odio del dúo de rock folk, con sus múltiples rupturas y sus correspondientes reuniones, parecía haber acabado por completo al empezar la década de los 80. Digamos que, de haber tenido Facebook, habrían cambiado su estado sentimental de "es complicado" a "viudo" - sobre todo Art. Pero la incompetencia del ayuntamiento neoyorquino y el amor por la naturaleza que caracteriza a todos los cantautores de los 60-70 les llevó a un énesimo reencuentro para dar un concierto benéfico por Central Park, que estaba hecho un asco por no recibir los fondos suficientes para su mantenimiento.
En él tocaron las mejores versiones en directo de los clásicos de su repertorio, y fue un muy emotivo para el público... y el parque. 



Muy emocionante, como podéis ver. 

El concierto no solo supuso su reunión (junto con 500,000 personas más), sino que fue el comienzo de un tour mundial para celebrar el éxito que había tenido su reencuentro. 
Los conciertos posteriores no fueron benéficos. 


9. Nirvana MTV Unplugged, 1993

Si tuviera que reducir los 90 en un solo momento para definirlos, seguramente elegiría este concierto. Porque ¿qué seria esa década sin el grunge? ¿y qué sería el grunge sin Nirvana? ¿y qué sería Nirvana sin el MTV Unplugged? Solo serían conocidos por ser el grupo del disco de la "portada del bebé y el dólar". Vale, quizá me he pasado, pero fue un concierto que ha quedado grabado eternamente en la cultura popular, y en la historia de la música rock.

Mi canción favorita del concierto, original del maestro David Bowie.

Fue la demostración de que el grunge tenía la supremacía en el panorama musical y de la técnica del grupo. Además, fue una de las últimas apariciones televisadas de Kurt Cobain.


8. Dire Straits Alchemy Live, 1983

La clásica imagen de Mark Knopfler con la bandana blanca y la americana roja proviene de este concierto, en el que se hicieron las mejores versiones de las canciones míticas del grupo escocés (como ese glorioso Tunnel of Love de 11 minutos). En mí opinión mejores incluso que las de estudio, porque eran más largas y con improvisaciones MAGISTRALES. Sinceramente, es el concierto que más he visto en vídeo (está entero en YouTube) y siempre me emociono como una adolescente. 

Telegraph Road.

Maravilloso.

7. Pink Floyd Live in Pompeii, 1971

Este es simplemente el concierto más guay que se ha hecho en la historia. Psicodelia en las ruinas de la ciudad romana de Pompeya. Si algún día me dan la oportunidad de ir atrás en el tiempo, haría lo que fuera para colarme en el anfiteatro y verlo. Hasta entonces, habrá que conformarse con ver el vídeo del concierto (también entero en YouTube). 


Acústica milenaria, señores.


6. Bob Dylan at the Royal Albert Hall, 1966

Seguramente, el concierto más polémico de la historia. Resulta que a Bob Dylan, hasta entonces cantautor de folk, le dio una de sus famosas idas de olla y decidió que a partir de entonces quería introducir parafernalia rock (guitarras eléctricas, una banda y esas cosas) en su producción musical. Y, para dar la noticia, no se le ocurrió mejor idea que soltarla de forma práctica durante la segunda parte de un concierto teóricamente acústico. El resultado fue un abucheo general y el famoso grito de "JUDAS!" por parte de alguien del público. Como respuesta, el señor Dylan se giró a su banda y les dijo "Tocad jodidamente alto". 

En YouTube es difícil encontrar vídeos de Bob Dylan, pero parece que este pertenece al concierto.

Aunque hoy en día se considera una revolución en la historia de la música, lo cierto es que es comprensible que causara conmoción negativa entre la audiencia. En el biopic sobre la vida de Dylan, I'm Not There, utilizan una imagen muy correcta para definir el momento: 



¡ENTRAMOS AL TOP 5!


5. Queen Live at Wembley, 1986

Desde niña, mi imagen del paraíso celestial es la de este concierto: repleto de gente hasta agobiar y con música de Queen. Y Dios personificado en la representación de Freddie con la chaqueta amarilla. 
Los conciertos de Queen eran puro espectáculo, y este fue uno de los más multitudinarios en la historia del rock. La imagen más emocionante es la del estadio entero vibrando con las palmas del "baile" de Radio Gaga: 

Pone la carne de gallina.

¿Puede haber algo más emocionante?

4. Concierto para Bangladesh, 1971

Es, sin duda, el concierto benéfico más importante de la historia del rock. Fue organizado por George Harrison y Ravi Shankar (músico de renombre en la India y su maestro de shitar) e icluyó a colaboradores de la talla de Eric Clapton, Bob Dylan, Billy Preston... Consiguió congregar a 40.000 personas, recaudando más de 250.000 dólares para la causa.

Recuerdos de la época Beatle.

Como indica el nombre del concierto, los fondos fueron destinados a ayudar a las víctimas del genocidio de Bangladesh.

Y EN EL TOP 3...



3. Woodstock,1969

El clásico de los clásicos. Si no hubiera ocurrido, sería un sueño pensar en todos los ídolos musicales de finales de los sesenta juntos en un festival: Janis Joplin, Jimi Hendrix, Santana, la Creedence... etc

Aquí los Grateful Dead. Icono hippie por excelencia.

Woodstock no solo fue un hito en la historia de la música, marcó a una generación y un precedente para los festivales posteriores... hasta los de hoy en día. 

2. The Wall Live Berlin, 1990

A los 8 meses de la caída del muro de Berlín (uno de esos sucesos que cambian el mundo por completo) se llevó a cabo un evento de la misma trascendencia pero en el ámbito musical: un concierto en vivo del álbum The Wall, de Pink Floyd, en colaboración con otros artistas como Scorpions, Van Morrison, Bryan Adams, etc. ¿El resultado? El concierto más impresionante jamás realizado. 

Este es el concierto completo.

Historia con mayúscula.


Y COMO NO PODÍA SER DE OTRA MANERA: 


1. Rooftop Concert, 1969

Fue el último concierto de la banda con más repercusión en la historia musical y, aunque debería ser un momento de solemne tristeza, me parece gran final. La idea de volver a actuar en vivo como despedida, no como método comercial, y hacerlo de una forma tan original: improvisado, en la azotea de las oficinas de su empresa discográfica, es un final humilde para la banda más grande de la historia... Y por eso es tan genial.

Además, las versiones son una pasada.


- Obviamente, he sido totalmente subjetiva en la elección de los conciertos, aunque he querido tener en cuenta la importancia histórica y musical de cada uno. -






viernes, 26 de julio de 2013

Gira Privateering: Mark Knopfler, la gloria reinventada.

En un panorama musical en el que los 'mitos' viven de sus éxitos pasados, Mark Knopfler consigue reinventarse sin abandonar sus raíces.


Este verano suena a nostalgia de mitos del rock: los Rolling Stones se han puesto de nuevo sus pitillos de cuero para celebrar los 50 años del grupo y presentar su último álbum, GRRR!, en la mayor gira que han realizado desde hace más de un lustro; Rodríguez lleva a cabo su primer tour mundial tras el éxito del documental Searching for Sugar Man, que le rescató del olvido;  Fleetwood Mac se reúne en una gira por todo el mundo; Eric Clapton presenta su nuevo disco Old Sock; Paul McCartney propaga la ‘maccamania’ por América con su tour Out There; el gran Roger Waters continúa con The Wall Live por Europa, y Bob Dylan sigue embarcado en su eterna gira mundial. Es la oportunidad perfecta para que la gente joven que no ha podido ver a estas glorias en sus épocas de melena al viento pueda disfrutar cantando las canciones clásicas, y sus fans contemporáneos puedan regresar a la juventud por unas horas. Pero, aunque disfrutar de los temas ‘de siempre’ sea algo muy satisfactorio para los fans, es una pena que músicos que fueron tan innovadores en su tiempo estén estancados en los temas de hace más de veinte años y sus discos (como Old Sock de Eric Clapton o GRRR! de los Stones) sean una recopilación de canciones clásicas con solo un par de temas inéditos.


Gracias a Apolo, en medio del desierto de la no-innovación del ‘Valle de los Reyes del Rock’ se encuentra un refrescante oasis de originalidad: Mark Knopfler. El guitarrista (que se consagró en el mundo del rock como compositor y guitarrista gracias a Dire Straits - la que fue su banda durante dieciocho años - y siguió creciendo como mito gracias a su carrera en solitario con discos tan aclamados como Sailing to Philadelphia y bandas sonoras impresionantes como La princesa prometida o Local Hero) estrenó ayer en Barcelona la rama española de su gira y presentación de su séptimo álbum de estudio en solitario: Privateering.


Privateering es un álbum doble impecable que muestra, como es común en su producción en solitario, un acercamiento a la música popular y una profundidad lírica asombrosa. Su ejecución en el concierto estuvo a la altura de las versiones de estudio, e incluso pudo superarlas, como en el caso de Gator Blood, algo también muy común en Mark Knopfler desde los Dire Straits.


Aunque su último disco fue el protagonista de la velada, también interpretó algunos clásicos para sus fans. De hecho, abrió con What it is? e intercaló algún éxito de los Straits como Romeo and Juliet, Telegraph Road y So Far Away (este último en el bis) y acabó con Local Hero tras una gran ovación del público que pedía “Sultans”... pero nos quedamos con las ganas.


El concierto fue una síntesis de su producción musical: además de rock, sonó blues, folk, country, ritmos célticos, e incluso latinos (Postcards from Paraguay) tocados, por supuesto con una precisión y perfección espontánea. Y con una guitarra (o dos) diferentes para cada tema.
El perfeccionismo, la profundidad, el sentimiento y la armonía son las características principales de la obra y la persona de Mark Knopfler, en mi opinión, y lo que hace que destaque frente a otros grandes guitarristas y compositores. De hecho, la primera vez que vi a Mark Knopfler, en su gira del 2012, hacía de telonero de Bob Dylan, y consiguió eclipsar al cantautor americano apoteósicamente. (Me ahorro hacer la comparación entre ambas voces, porque sería muy injusto para Dylan).

En definitiva, en un panorama musical en el que las viejas glorias viven de sus éxitos pasados, Mark Knopfler consigue reinventarse sin abandonar sus raíces y mostrando la calidad de siempre.





Mark Knopfler en medio de un solo



¡Ah, también estaba Guy Fletcher, maestro teclista! (Aquí tocando la guitarra)

domingo, 21 de julio de 2013

También el sol

  
        ¿Cómo puede uno poseer estrellas?
        ¿De quién son?
        No sé. De nadie.
        Entonces son mías, porque yo lo he pensado primero.
        ¿Y eso basta?
                                                           - El Principito, Antoine de Saint Exupery





Esta fotografía pertenece a la denominada guerra del agua, una insurrección popular que se llevó a cabo entre enero y abril del año 2000 en la Bolivia pre-Morales. El levantamiento surgió en la ciudad de Cochabamba (una de las principales del país) como respuesta a una medida neoliberal del gobierno: la privatización del agua. El agua se convirtió de la noche a la mañana, gracias a un pacto del gobierno con empresas americanas, en un bien privado y casi de lujo, ya que las cuotas eran tan desorbitadas para los humildes habitantes de Cochabamba que tenían que prescindir de otros derechos (también privatizados por el gobierno) como la salud o la educación, por beber. Hay una muy buena película sobre el tema llamada También la lluvia que recomiendo ver sobre todo si quieres perder la esperanza en el ser humano. 
La película lleva ese título porque la población requería una licencia para recoger el agua de la lluvia y no pagarla era ilegal. Esta medida (junto con otras de misma índole) hizo ver a los ciudadanos el abuso al que habían sido sometidos y consiguió cambiar el sistema impuesto en Bolivia desde tiempos coloniales.

En Bolivia privatizaron el agua y en España, trece años más tarde, nos privatizan el sol. Ahora, usar la energía solar para el autoconsumo energético conllevará a pagar un peaje que, según la Unión Española Fotovoltaica, será un 27% más alto que la cuota del consumo convencional, que no es precisamente barata -está prevista una subida del 36% en el término fijo de la factura de la luz.  Vamos, que las energías renovables van a salir caras incluso en el ámbito doméstico para que el statu quo del dominio energético no sea amenazado. Una política más para proteger a las amadas eléctricas, a las que debemos más de 22 millones (un tercio del P.I.B anual) a pesar de tener los precios más caros en energía de Europa. 

Sospechoso, sí, y más teniendo en cuenta que las eléctricas son una especie de asilo para políticos retirados. Además, el respaldo a las grandes empresas por parte del Gobierno no es nada nuevo. De hecho, Bruselas ha abierto un expediente a España por “permitir la aplicación de deducciones fiscales multimillonarias a la internacionalización de empresas españolas (como Telefónica, BBVA, Santander e Iberdrola) expresamente prohibidas por Bruselas desde hace años”. Lo más asombroso de todo es que estos asuntos quedan eclipsados por los casos de corrupción y los recortes más abusivos, que evidentemente tienen prioridad en la lista de motivos por los que manifestarse. No damos a basto con tantas vergüenzas.

Pero bueno, seamos realistas, en un Estado que aspira al neoliberalismo no nos puede sorprender que cobren por los derechos como la educación o la sanidad e incluso tenemos que aceptar el euro por receta y pagar por la justicia, porque son inventos del ser humano… pero que nos hagan pagar por el sol que lleva más aquí que nosotros, eso no tiene ningún sentido. No queda mucho hasta que nos reclamen un impuesto por respirar con la excusa de que producimos dióxido de carbono y eso influye en la cuota de emisión que tenemos por el protocolo de Kioto.

Y por supuesto, mientras tanto, las grandes empresas (y los políticos, como no) cebándose a nuestra costa. Que aproveche, cerdos oligarcas, yo me voy a la playa antes de que tenga que pagar por ello.
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sábado, 20 de julio de 2013

Cuba

Segunda parte - La tierra de leyenda.


Todo el cansancio acumulado en mí durante el viaje se disipó nada más pisar tierra, como si ésta tuviese algún poder curativo. Sin duda fuimos recibidas por magia, materializada en un paisaje totalmente paradisiaco con una densidad de palmeras digna de la selva tropical. Más tarde supe que Cuba, además de una extendida práctica de vudú, tiene una desarrollada política de conservación del hábitat natural y que, desde el gobierno, se conciencia a la población del respeto a la naturaleza. De hecho, hay muchos parques naturales integrados en las ciudades o, más bien, numerosas ciudades integradas en los parques naturales, incluida La Habana. Este afán por el ecologismo choca enormemente con la polución que provoca el petróleo de mala calidad (sin refinar, supongo) que importan de Venezuela. Es el olor más característico de La Habana, “el perfume de la capital” como lo llamaban algunos, porque se pega en la piel y no te abandona hasta que sales de la ciudad. Curiosamente, es un olor que amé durante toda mi estancia, no por ser agradable (porque no lo era) sino porque, al llevarlo a modo de perfume, llegué a confundir mi olor con el de La Habana, y me gustaba esa sensación de conexión.

Lo primero que me llamó la atención es el orden que se mantiene dentro del caos. El primer consejo que te dan al llegar es que no hay que fiarse de nadie. Es sospechoso que te lo diga absolutamente todo el mundo porque eso solo puede significar dos cosas: que todos son fiables y muy paranoicos o bien que verdaderamente nadie es de fiar, ni siquiera la persona que te está aconsejando. Nos pasó por ejemplo que un taxista pirata (pirata en el sentido de ilegal, no pirata de loro en hombro y parche en el ojo) nos dijo que siempre cogiésemos taxis oficiales. En el fondo la gente era muy decente, siempre que ellos se llevaran unos cuantos pesos a cambio de la decencia. Está claro también que la policía sabe de la existencia de la ilegalidad de taxis, negocios, etc., pero se hace la vista gorda. La despreocupación cubana no es un tópico sin fundamento. La vida allí es mucho más relajada que en cualquier otro lugar del mundo (quizá por eso de que están en otro espacio-tiempo) pero todo tiene un orden establecido, que no se disturba por comodidad de todos. La ley y el crimen coexisten de una forma que aquí se consideraría corrupta, pero allí se considera cotidiana. Hay un respeto consensuado entre lo gubernamental (lo legal) y lo privado (lo ilegal) que conviene a todos por el fluido económico y la preservación del estado armonioso.

En las calles de La Habana se congregan miles de personas sin motivo aparente. No parecen ir a un lugar concreto… se sientan en la parada del bus, viendo pasar varias guaguas, hasta que se aburren y se suben en una para cambiar de parada en la que contemplar un nuevo panorama. Pero La Habana no es una ciudad congelada en el tiempo como se suele decir. Al contrario, es una ciudad usada y desgastada… muy desgastada. El deterioro del tiempo se refleja en las maravillosas casas destartaladas en calles con calzadas agrietadas, pero se conserva la belleza colonial y la espectacularidad de la época en la que la ciudad estaba dominada por la mafia, cuando era el casino y prostíbulo de Estados Unidos.

La variedad de la comida, sin embargo, si se ha quedado congelada en el tiempo. En parte porque, desde el periodo especial en los años 90 (tras la caída de la Unión Soviética y, por tanto, de su apoyo económico) reciben los mismos escasos productos en la cartilla de racionamiento. La comida consiste en un plato combinado de arroz, ensalada criolla, cerdo y patatas cocidas (de las que hay centenas de variedades, cada cual más sabrosa). Alguna vez puedes encontrar pollo, pescado banco, tostones (plátano macho frito), frijoles y carne de ternera en forma de ropa vieja (aunque esto solo en restaurantes oficiales, ya que la carne de res está monopolizada por el Estado). De postre, arroz con leche (el arroz es la base alimenticia). Eso sí, los dulces cubanos son una absoluta delicia. Los venden por las calles en puestecitos-carretas ambulantes a precios muy, muy asequibles y en pastelerías que abren hasta la madrugada, también bastante baratas. También hay mercados agrícolas en los que se puede comprar fruta de una calidad excepcional a precios escandalosamente baratos.

Los mercados, mercadillos, paladares, y los negocios caseros dedicados a la venta de productos de primera necesidad son la primera apertura que vivió el país a un sistema de libre mercado, aunque, realmente, su legalización se hizo primordialmente para acabar con la economía sumergida y llenar las arcas del gobierno gracias a un nuevo impuesto especial a los cuentapropistas (los que trabajan por cuenta propia, los autónomos). El primer vestigio de capitalismo en el paraíso socialista.

Pero el capitalismo todavía es una idea lejana en la isla, como se puede percibir por el vacío que causa la ausencia de publicidad. En nuestro mundo tenemos la publicidad tan asumida que ni siquiera nos damos cuenta de la ENORME presencia que tiene en nuestra vida diaria. El vacío de la falta de anuncios, sin embargo, es rellenado con propaganda gubernamental: numerosas consignas socialistas y la exaltación de personajes célebres como José Martí y comunistas “modelo” como Lenin, el Che Guevara o Camilo Cienfuegos. Por supuesto, los hermanos Castro no cometen el error de utilizarse a sí mismos como figuras emblema de la Revolución, porque fue una revolución del pueblo. Se podría decir que tienen superado el complejo stalinista.

Cuba no tienen los beneficios del capitalismo - aunque una gran mayoría de la población del mundo capitalista tampoco tiene dichos beneficios - y, sin embargo, tienen un Estado de Bienestar bastante sólido: educación, sanidad (aunque dicen que es bastante corrupta), televisión pública de calidad, se promueve mucho la cultura… La gente, el pueblo, aprecia esas cosas, que considera que son aportes de la Revolución y, al menos la gente joven, no está en contra del régimen. Claro que no saben lo que es democracia, ni siquiera entienden muy bien el concepto. La prensa allí es prácticamente inexistente, sin contar con unos periódicos gubernamentales diarios (el Granma y Juventud Rebelde) de 15 páginas en las que se leen noticias culturales varias, y noticias que destacan los problemas de Estados Unidos y ensalzan Cuba y sus personajes emblemáticos.

Como souvenir me llevé, por supuesto, unos cuantos diarios, además de una revista llamada Mujeres que, siendo fiel al título, era una revista por y para mujeres (bastante curiosa). Me quedé con las ganas de llevarme un trocito más grande de Cuba… el olor a petróleo barato que llegué considerar mi perfume, por ejemplo, pero tenía ganas de volver a la intimidad de mi hogar y mi tecnología (que no es íntima pero sí muy útil) y de salir a la calle y notar el estrés salpicando por los poros de la gente, y sentirme en casa.


Cuando Cuba se ajuste más a mi espacio-tiempo viviré allí, en una casa cerca del malecón, para respirar el salitre del Atlántico, que es uno de los placeres terrenales que más disfruto. Eso sí, cuando vaya la próxima vez, no pasaré por Moscú. 

Dedicado a Andrea Martínez, compañera de aventuras y asesina de mosquitos.

viernes, 19 de julio de 2013

Cuba

Primera parte - Un viaje en el tiempo.


Hace unos cuantos años oí por primera vez hablar de una tierra de leyenda. Una tierra lejana, paradisiaca, que había sido joya del imperio en el que nunca se ponía el sol. Una tierra conquistada y explotada primero por los españoles, luego por los americanos y, posteriormente, por el comunismo. Una tierra que, según decían, había experimentado una separación de nuestro mundo con la expulsión del capitalismo y se había quedado paralizada en el tiempo, creando así un espacio-tiempo diferente en nuestro propio planeta.

Durante años me dediqué a leer sobre esta tierra y a empaparme todo lo que podía de su cultura. Construí también una base sólida de ideales políticos gracias a la emocionante historia de la Revolución, que aprendí a través de las canciones de Silvio Rodríguez. Mi pasión por esta tierra iba creciendo a la vez que la pila de libros con portadas con fotos de hombres barbudos sobre mi mesilla de noche. Deseé y me prometí que alguna vez iría a aquella tierra de leyenda y Revolución y, cuando por fin encontré a una persona que se uniese a mi tripulación (o quizá yo me unía a la suya), comencé a organizar el viaje.
Al fin, en marzo de este año, tras años de espera, partimos a esa tierra de leyendas. (No es fácil organizar un viaje en el tiempo, sobre todo por el trabajo ahorrativo que supone).

Al principio teníamos la idea de que, al estar en otro espacio-tiempo, tendríamos que ir en una cabina al más puro estilo Dr. Who pero, por lo visto, hay compañías que ofrecen especialmente viajes de esa naturaleza. Viajar en el tiempo es muy similar a ir en avión: usan el mismo aire enlatado para helar el ambiente; cuesta lo mismo encontrar una postura cómoda en la que quedarse dormido, evitando que se te quede dormido algún miembro por separado; se come la misma comida insípida, y toda la cabina huele al mismo café barato.  Por otro lado, también hay pelis (por pensar en algo positivo).
Después de trece horas dentro de la máquina del tiempo, y después de haber esperado más de seis horas en el aeropuerto de Moscú, empecé a perder totalmente la noción del tiempo, del espacio y de mí misma. Entré en una especie de estado onírico… o me empecé a convertir en muerto viviente, no lo sé… perdí el hambre, casi la consciencia y me cansé de dormir, de hablar, de leer... solo quería salir de ahí. Creo que es parte de la idea de los viajes en el tiempo: al perder la noción del tiempo internamente, se hace más fácil perderla externamente. La gente a la que se le ocurrió esta idea es realmente inteligente, experta en metafísica, y psicopática.


Cuando llegamos parecía imposible que aquel sitio estuviera en el mismo planeta del que veníamos o, al menos, en el mismo planeta que Rusia. Habíamos pasado de una tierra fría y dominada por la mala hostia a la cálida tierra de la amabilidad y el buen humor. Me entró la duda de si el clima hace a su gente o la gente hace al clima. Un lituano que estaba en el aeropuerto debió leerme la mente porque me contó que un pueblo de Rusia (que es más grande que Barcelona) tiene una temperatura estable alrededor de los 23 grados durante todo el año, un microclima en medio de un desierto de nieve. Por lo visto la gente de ese pueblo es excepcionalmente amable, lo que demostraba que, efectivamente, es la gente la que hace el clima. Le dije que entonces alguien debía correr la voz en el resto de Rusia por el bien del mundo y de los propios rusos, que ahorrarían mucho en calefacción, pero me dijo que al gobierno no le convenía por asuntos de seguridad nacional (la excusa de siempre) y la ONU creía que aceleraría el calentamiento global, por lo que todo se queda en un secreto conocido por pocos (siéntete afortunado). 

sábado, 13 de julio de 2013

Expectativas

Entrevista intrapersonal


Laura del Alisal, terráquea de dieciocho años y aspirante a periodista, comienza sus estudios universitarios en Inglaterra este septiembre. Antes de eso, inaugura su blog personal en el que compartirá con sus lectores los experimentos con sus amadas letras.

Pregunta: ¿Cuál es el propósito de este blog? ¿Qué clase de publicaciones se podrán leer en él?

Respuesta: Se trata de un método de recolectar y compartir mis escritos con el mundo. Básicamente publicaré todo lo que escriba que sea de cierto interés (sin convertirlo en un diario o en algo excesivamente personal), e intentaré que sea leíble y mejorar a medida que pase el tiempo. Aunque tenga un fin teóricamente periodístico, debido a mis problemas con la realidad, no puedo prescindir de la ficción para expresar algunas ideas así que, además de reflexiones y artículos de actualidad, subiré algún que otro texto puramente de ficción.

P: ¿Qué expectativas tienes?

R: Conseguir la erradicación de los abusos de poder, en mayor y menor escala; el fin de la violencia de género y de la trata de mujeres; el avance de la educación, su desarrollo y expansión y, sobre todo, descubrir y dar a conocer historias reveladoras que demuestren que hay esperanza y conciencien al mundo de que la cooperación es lo único necesario para acabar con las injusticias.

P: Creo haber escuchado una respuesta parecida en alguna final de algún concurso de misses

R: ¡Eh! Tengo dieciocho años, todavía tengo derecho a ser idealista. Si quieres una respuesta más “realista” mis expectativas son: mejorar, experimentar y compartir mis ideas y textos. Y mi deseo, por supuesto, que le gusten a alguien y pueda dedicarme a esto de por vida.

P: Y a largo plazo ¿cuáles son tus planes?

R: Esa es probablemente la pregunta que más me han hecho desde hace seis años, aunque tiene sentido, soy adolescente. Es curioso como esta pregunta nunca se le hace a personas avanzadas en edad, cuando en realidad pueden estar más perdidos que un adolescente. No sé si es porque, si preguntan, serán preguntados de vuelta, y eso despertaría muchas cuestiones internas que probablemente acabarían con la conclusión de que no tienen ni idea de qué hacer con su vida… o sus planes son tan monótonos que da vergüenza admitirlos, incluso a uno mismo. O quizá a nadie le importa. El caso es que nunca vas a oír a un adulto (hoy en día un adulto es una persona de más de treinta años) preguntándole a otro cuáles son sus planes vitales y mucho menos sus expectativas: sería una falta de respeto, al fin y al cabo, se supone que un adulto ya ha cumplido sus planes vitales, o los conoce a la perfección y está llegando a ello. Pero lo cierto es que se olvidan, en parte porque nadie les pregunta, en parte porque han estado trabajando para tener el dinero para alcanzarlos. El caso es que se olvidan y se dejan llevar por una vida sin planes, sin expectativas, una vida responsable y realista… y así acabamos.

P: No hacía falta que me echaras el rollo. Además, al final no has contestado la pregunta… ¿significa eso que no tienes planes?

R: Pues, además de abrir este blog, empiezo los estudios universitarios en septiembre. Considero que mi periodo de gestación ha terminado y ya es hora de abandonar la placidez del vientre de la casa paternal. Sé que en España emanciparse a los dieciocho años está considerado extremadamente prematuro, por ello me voy a Inglaterra, que además es la madre del Periodismo. La idea es convertirme en una periodista reveladora en un plazo de tres años (y pagar cuanto antes mis deudas con la universidad).

P: Ha sido un placer hablar contigo. ¿Te darás más a conocer a medida que vayas publicando?

R: Realmente me gustaría mantener un halo de misterio… pero hablo demasiado y tampoco tengo nada que ocultar. Además, Estados Unidos ya tiene toda mi información así que solo le facilitaré las cosas a la gente común.